VENTANA ABIERTA
Acabábamos de estrenar
un espacio con luz negra para nuevas exploraciones, habíamos venido de unos
estupendos días en la granja, teníamos unos árboles recién traídos para una
jornada comunitaria de trabajo en el patio… pero llegó este virus que nos ha
dejado en nuestras casas y, ahora, todo es diferente.
No nos ha quedado más remedio que cambiar nuestra
manera de comunicarnos, hemos tenido que rehacer nuestros modos de crear
comunidad.
Pasar de la acogida y la cercanía a la dependencia
de un aparato, ya sea móvil, ordenador o tablet, para relacionarnos no es tarea fácil. Como mucho menos lo son estas
nuevas situaciones de precariedad que ahora se destapan cuando vivimos que las
condiciones laborales de todas las
personas no son las mismas; ya hemos visto, este virus ha puesto en evidencia
cosas que ya antes no funcionaban.
De modo que aquí estamos, dándonos ánimos y
colaborando entre todas para seguir sintiéndonos parte de la Escuela Zofío,
intentando acompañarnos como mejor sabemos y cuidándonos. Cuidando con cariño a
nuestras criaturas para que su tiempo de casa sea lo mejor posible, cuidándonos
entre las personas adultas para vivir dignamente y con esperanza.
Nos quedan retos por delante, hay mucha tarea con
la que continuar, también cuando podamos salir de nuestras casas. Seguramente
que la responsabilidad que sentimos acompañando
a la infancia nos dé la fuerza para salir de esta pandemia con ganas de seguir
cuestionándonos y dialogando para conseguir una sociedad más justa y una
educación inclusiva y cuidadosa, en definitiva un mejor mundo en el que vivir.
“Nosotros hoy somos el futuro de la
humanidad. Los niños se transforman con nosotros. Van a reflexionar, van a
mentir, van a decir la verdad, van a estar atentos a lo que ocurre, van a ser
tiernos, si nosotros los mayores, con los que conviven, decimos la verdad, no
hacemos trampa, o somos tiernos”
Humberto Maturana
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